Plano inmaterial

           ¿Que es el plano inmaterial? Por comparación, veamos primero qué es el plano material.

           El plano material es todo lo que conocemos que está formado por la materia como la conocemos. Este plano es donde estamos nosotros y todo lo que percibimos con nuestros sentidos físicos y los instrumentos que tenemos.

           La materia está constituida por una pequeña parte de sólidos y una gran parte de espacio entre estos sólidos. Una analogía sería la grandiosidad del universo o una pequeña estructura atómica: hay materia sólida pero hay grandes espacios entre ella.

           Plano material es el lugar donde la materia como la conocemos interactúa entre sí. No puede haber una pelota y un televisor en el mismo lugar, ocupando el mismo espacio. Podrán estar uno al lado del otro pero no en el mismo lugar. Pero si tomamos una esponja y le vertemos agua en ella veremos que casi podríamos decir que sí ocupan el mismo lugar aunque no sea cierto del todo; el agua ocupa el lugar poroso de la esponja. Esto se entiende, ¿sí?

           Tomemos un mahón usado en mampostería y vertamos agua en él. Como el agua es más 'fina' que los poros del mahón, el agua se cuela dentro.

           Así como el líquido se cuela en los espacios vacíos de los sólidos, lo mismo ocurre con los gases.

           Tomemos ahora agua. Todos sabemos que el anhídrido carbónico es más 'fino' que el agua y puede colarse dentro de ella y así obtenemos el agua con gas que es la que bebemos.

           Pero así como podemos tocar el agua, que penetra en los demás cuerpos, también podemos notar el gas que puede estar dentro del agua y el aire que nos envuelve y que está en los intersticios de todos los cuerpos pero ya no los podemos ver, nuestro sentido de la visión es incapaz de ver el aire y los diferentes gases pero notamos sus efectos.

           Aún hay materias más finas que el aire y el gas y el plasma. Estos pueden ser penetrados o atravesados por las ondas de radio, por los fotones, por las fuerza magnéticas, gravitatorias, etc. que no los vemos pero sabemos que están.

           Pero aún hay algo más 'fino': el vacío cósmico, el espacio interestelar, la energía obscura o materia obscura. Se establece que puede haber un átomo por metro cúbico.

           La materia que conocemos se mide por kilos, metros o medida similar. Cuando la materia llega a ser tan 'fina' como ondas de radio y fotones ya no se habla de materia sino de energía y debe cambiarse la unidad de medida o hablar de frecuencia de vibración.

           Y hasta ahí, sólo hemos hablado de materia, de lo que sabemos y percibimos que forma el plano material, de lo que aún podemos ver o medir con nuestros sentidos o instrumentos científicos.

           Cuando dejamos de percibir la materia más 'fina' conocida por nosotros, la progresión de la 'fineza' -si se acepta el término- sigue.

Vibración

           La materia es energía densa, energía condensada. La materia tiene vibración casi cero y así notamos, palpamos, vemos, olemos la materia pero cuando la vibración aumenta, la materia va haciéndose más tenue y si incrementamos la vibración de la materia esta va cambiando de estados hasta que dejamos de percibirla como la conocemos pero está ahí, solo ha cambiado de forma, de temperatura, de volumen u otras propiedades pero la materia está ahí. Al final, cuando ya no percibimos la materia con nuestros sentidos cambiamos su nombre por energía y seguimos percibiéndola con aparatos más sensibles.

           Si admitimos que los gases tienen la propiedad de llenar todo el recinto donde están confinados, asimismo la materia más sutil, más ‘fina’ puede llenar todos los intersticios de la materia, penetrar en ella, de manera que esta materia sutil, ‘fina’, está ahí con nosotros ocupando -figuradamente- el mismo espacio, ocupando el mismo volumen. Está ahí con nosotros, y no es que haya un plano físico o material y un plano inmaterial, están uno con el otro formando un 'continuum' desde la energía mas densa -materia- a la más fina, a la más sutil –inmateria-, formando un 'continuum' de vibraciones donde nosotros sólo percibimos las frecuencias bajas y no percibimos las altas. Ejemplo: Las frecuencias sonoras y lumínicas pueden ser oídas y vistas por los seres humanos dentro de un rango, dentro de unos límites, pero ciertos animales pueden percibir muchísimo más arriba que nosotros.

           Nuestros sentidos sólo están preparados para percibir la materia y las frecuencias y vibraciones conocidas hasta ahora pero siempre en la historia del mundo ha habido seres con mayor capacidad de percepción y estos -los más sensitivos- han sido en unos casos reconocidos y en otros casos nada bien vistos si alteraban el orden establecido.

           Todos sabemos que la materia tiene una frecuencia de resonancia, que cuanto más densa es menos vibra y cuanto menos densa es la masa la frecuencia aumenta. Al disminuir la masa la vibración puede ser más alta.

           El péndulo, sabemos que oscila -vibra- más rápido cuanto más pequeño es. A péndulo infinitamente grande tenemos vibración cero y a péndulo infinitamente pequeño la vibración será casi infinita.

           Una cuerda de piano o guitarra u otro instrumento vibrará más rápidamente cuanto más fina sea, cuanto menos materia tenga. ¿Y hasta dónde vibra? ¿Cuán alto vibra? ¿Cuál es la más alta frecuencia que puede vibrar una cuerda? Depende de su masa. A masa infinita, frecuencia cero mientras que a masa cero, frecuencia infinita. Como los componentes de nuestro sentido del oído tienen una masa determinada, no podrá vibrar de acuerdo con unas presiones sonoras más altas de las que percibimos habitualmente. Por tanto ciertas frecuencias altas no las oiremos. Pero hay vibraciones más altas hablando de sonido; el sonido es producido por un elemento físico con una masa determinada. A medida que un elemento físico mueve menos masa su vibración aumenta y si este elemento físico sigue disminuyendo su masa hasta extremos límites la vibración es tan alta que ya no es perceptible para nosotros pero sí aún para ciertos animales con mayores capacidades.

           Estas altas vibraciones -más alta que la más alta de las vibraciones electromagnéticas o físicas que podemos producir- no son perceptibles ni medibles por los medios actuales.

           ¿Entones, si no podemos percibirla es que no está? ¿Cuando no percibimos más allá del horizonte es que ya no hay nada más?

           Podemos ver la luz, que está en el límite de la materia percibible -aunque es más percibible como energía- pero no tenemos un sentido para tocarla.

           Cuando ya no podemos 'sentir' algo, ¿aceptamos que este algo está aunque no lo podemos 'sentir'?

           ¿Podemos ver una onda de radio, una onda electromagnética? No, pero sabemos que está porque conocemos sus efectos.

           ¿Podemos tocar un rayo de luz? No, pero sabemos que está porque sabemos sus efectos.

           ¿Podemos ver, podemos percibir la materia obscura que es la que hace de ligamiento entre los diversos componentes del universo? No, pero está. Sabemos que está porque científicos cualificados lo han investigado y los aficionados al tema confiamos en ellos y lo aceptamos como verdad científica.

           Si la masa cuanto más 'fina' es, cuanto más elevada es su vibración, llegamos al punto de que no podemos verla, no podemos notar nada más allá de la más 'fina' de la materia que conocemos. Pero hay aún materia más 'fina' que la más 'fina' que conocemos, lo que ocurre que ya no le llamamos materia sino vibración, energía, inmateria. Para establecer una fina línea y distinguir lo que está por debajo de nuestro límite de percepción y de medición, ¿podemos llamar a la parte inferior 'plano material' y a la parte superior, más allá de la materia perceptible, 'plano inmaterial'?

Inmateria

           La materia de que está formado el plano inmaterial es una materia 'finísima' -energía digamos- que puede penetrar la materia más densa, interactuar -en débil forma- con la materia de la que estamos hechos. Esta materia 'finísima' de la cual están formados los espíritus puede atravesar materia sólida -como la conocemos- plomo, gases, planetas, estrellas, el espacio interestelar, etc. y en un sentido amplio, está justo en el mismo lugar, volumen y espacio que el que ocupamos nosotros, en el mismo lugar que ocupa la materia física. Como el agua y la esponja.

           Siempre hay un sentido para percibir cada energía, cada materia o propiedad de ellas. En el homo sapiens algunos sentidos están latentes esperando el momento de ser despertados. Uno de ellos tiene la capacidad de percibir la influencia que este plano inmaterial, esta materia tan fina, tan tenue, tan sutil ejerce sobre nosotros.

           Si sabemos que en el plano material moran todos los seres físicos que conocemos y los que no conocemos aún, ¿seremos tan estrechos de pensar que los seres que no vemos -con nuestros pobres sentidos e instrumentos- no tienen posibilidad de existir?

           ¿No existen microorganismos que viven en el aire? ¿Otros que viven en entornos gaseosos o donde no podríamos vivir nosotros? Algunos los percibimos directamente, otros con instrumentos, ¿pero los que aún no percibimos ni están descubiertos no están? ¿No existen? ¿No tienen posibilidad de existir porque nosotros digamos que no?

           En este plano no perceptible -hablamos de este plano inmaterial'- también hay seres que habitan, que están, que moran, que 'viven' y que así como nosotros no los percibimos a ellos, ellos tampoco nos perciben a nosotros. Un delfín y un elefante comparten el mundo físico pero no se perciben porque están cada uno en diferente hábitat.

           Bien, aceptamos pues que hay seres que pueden morar en este plano , en este segmento de materia tan fina que nosotros no llegamos a percibir. Ahora no se me echen atrás, ¿eh? Ahora vamos a encajar piezas sueltas.

Alma

           Todos sabemos lo que es el 'alma'. Desde los tiempos más remotos se habla de ella y hoy, el concepto de 'alma' está arraigado en todas las religiones y en todas las sociedades. Es comúnmente aceptado que existe lo que llamamos 'alma' o espíritu que anima los seres físicos. Sabemos que la hay, sabemos que está pero no la vemos. Y si no la vemos, ¿es que no está?, ¿y si está, donde está?

          

Hábitat

           Hemos aceptado que hay algún lugar o hábitat que no podemos ver ni percibir en el que posiblemente moren seres a los cuales tampoco podemos ver ni percibir. Este lugar hemos concluido que sería un lugar donde la materia ya no es como la conocemos con nuestros sentidos y que los instrumentos aún no pueden detectarla. Estos seres morarían es este plano inmaterial.

           ¿Seguimos?, diría Ruanel.

           Entonces, ¿está, existe este plano inmaterial, espiritual, donde habitan los seres que no tienen una materia, una masa como nosotros?

           -¡Ah! No, no podemos verlo.

           -¿Vemos el aire?

           -No, pero lo notamos.

           -¿Sólo existe lo que notamos o percibimos?

           -No, claro...

           -¿Entonces...?

           -Bueno... Es difícil aceptarlo.

           -¿Cuántos títulos deben tener los que lo han investigado? ¿O quizá para creer algo tiene que salir en el periódico o en televisión? ¿Cuántas veces tiene que repetirse algo para que sea creído? ¿Se le tiene que llevar las pruebas a casa al que está hundido en el sofá viendo el partido? De hecho sólo un 2% de los seres se interesan por algo más de lo que dicen las noticias diarias y lo que no sale no existe para ellos. Bueno, suerte que ya no tenemos duda sobre si la Tierra es plana o redonda y que no es el Sol el que baila a su alrededor. Pero hemos perdido tanto tiempo no en comprenderlo sino tan sólo en aceptarlo...

           ¿Qué es al alma? Desde siempre hemos sabido que el alma es aquello que anima un ser y le da vida.

           Imaginemos un televisor. Un televisor está formado de materia, con materiales de varios tipos que no vamos a enumerar aquí. Este televisor es una materia inerte que no hace nada; no habla, no funciona, no se ilumina... Nada. Sin energía no funciona y no funcionará nunca sin energía.

           Apliquemos energía al televisor. ¿Qué energía? Bueno, la energía no es nada más que esta materia finísima que no vemos pero sabemos que está. Y sabemos que para animar, para dar vida a un televisor, este debe disponer de una energía vital que para él es la energía eléctrica. Diríamos que es un 'ser', ¿eléctrico?

           Lo mismo para otra de nuestras creaciones: El automóvil. Todos sabemos que el automóvil está hecho de materia densa, materia... muerta que no se mueve mientras no le llega el aliento, el soplo vital de una energía, gasolina, etc. Mientras no tiene esta energía que lo anima es materia inerte.

           Si al llegar hasta aquí hay dudas menores, regresar al principio. Si las dudas son mayores y las ganas de seguir son pequeñas, se recomienda abandonar la lectura de este tema y intentarlo unos días después. O ya no.

           Olvidando el alma del televisor y del automóvil vamos a centrarnos en el alma nuestra.

El salto

           ¿Somos capaces de admitir que los seres vivos necesitan una energía vital que les anime, que les aliente y que sin esa energía vital estos seres vivos dejan de ser seres vivos para ser simple materia inerte?

           Juntamos piezas.

           1. Hemos acordado que todo ser tiene un alma.

           2. Hemos acordado que todo ser material necesita una energía que le anime, una energía vital que le dé vida.

           3. ¡Alehop! Este alma es la energía vital que anima la vida.

           No era tan difícil, ¿verdad?

           Podemos discutir de qué materia o energía esta hecho este alma. Podemos discutir dónde mora, si está arriba, abajo, si es redonda o cuadrada. Podemos discutir si es perceptible para nuestros sentidos, instrumentos o no. Pero es indiscutible que sin alma que anime, el televisor se apaga, el coche se para y el ser humano -y todos los otros seres vivos- se caen al suelo redondos.

           El objeto de este texto es justamente llegar a la conclusión de que no porque no veamos o notemos algo este algo no va a existir, todo lo contrario; las cosas existen a pesar nuestro y no esperan a ser percibidas por nosotros. Está claro -luego- que cada uno puede percibir lo que perciba, lo que desee percibir y lo que la estrechez de sus sentidos le den a percibir. Si la raza homo sapiens no pudiera ver los colores de la luz aún estaríamos postulando que la luz es monocroma y que sólo hay blanco, gris y negro. ¿Verdad que sería estrecho pensar esto? Pero así como los sentidos son limitados y aunque el cerebro es limitado también, nos da para aceptar que hay algo que no percibimos y -si no queremos ser pedantes y prepotentes- debemos aceptar que no lo sabemos todo.

           El alma inmaterial, nuestra alma, viene en otro texto. Si han leído hasta aquí ya es mucho. Y si les ha aprovechado, les felicito. Yo he disfrutado escribiendo.

           El tema del alma viene en otro texto aunque está mejor descrito en www.grupoelron.org