El programador
Este programa, esta aplicación, dispondría de un hardware -también diseñado por él- por dónde correría y se ejecutaría. Esta aplicación estaría formada por infinitos objetos, clases y diversa modulería de software que daría alma al hardware físico. Para cada tipo de software: programas, rutinas, primitivas, etc., tuvo que escribir unas prestaciones, un comportamiento y una heurística de dónde aprenderían a auto-mejorarse con el transcurso del tiempo de funcionamiento. Tuvo que prever la infinita memoria que haría falta disponer, que teniendo en cuenta que esta memoria estaría formada al fin, de materia básica, es decir, de electrones, harían falta muchos. También previó que podría haber la necesidad de que en runtime tuviera que hacer ciertas maniobras, ¿cómo lo diríamos...? 'tocar' los programas o 'meter mano' a variables de ajuste. También lo previó. Cuando todo el sistema estuvo acabado, cerró los ojos, repasó todo, absolutamente TODO lo que había hecho y lo memorizó con la idea de poder seguir el proceso con comodidad. Además retardó el reloj de forma que para él, la cadencia de los acontecimientos fueran lo suficiente lentos como para poder estar simultáneamente observando todo el software corriendo en todo el hardware en todo momento. Power On. En este momento infinitas cantidades de electrones creados empezaron a correr por el hardware creado, cada uno con una misión concreta, para aquella que le había tocado en suerte. Los módulos, las rutinas, los programas, todo, interactuaron en aquel momento cero. Primero todo parecía un caos de electrones pero al poco todo va teniendo una organización, una forma de hacer, de comportarse, de relacionarse con los otros. Esto pasó en un tiempo tan corto como un infinitesimal de tiempo. Un día, después de unos cuantos segundos del Power On, algunos electrones se preguntaron el porqué de su movimiento, de su origen y de su destino, porque con el tiempo iban cambiando, como si hubiera un repositorio donde los electrones, después de haber cumplido una misión fueran a un lugar dónde se los infundiera nueva energía, como si fueran de negativo a positivo por medio de una fuerza que los impulsara a ser más fuertes, a ser mejores a cada llamada de rutina. Incluso algunos de ellos llegaron a pensar que su conducta podría estar prevista previamente dado que alguien podía haber programado todo un sistema de actividades con un fin todavía desconocido por ellos. Pensaron que podía haber un Programador. Algunos de ellos tuvieron un ego desmesurado, se sentían diferentes a los otros por causa -decían ellos- de estar en una subrutina más importante que las otras o porque unos se auto-denominaron 'interfases' entre los demás y el Programador. Al cabo de muchos periodos de reloj, los electrones, ya sabían -por estudio repetido del pasado- qué era la función que se les encomendaba y la iban cumpliendo cómo podían. Pero en algún momento muy lejano del Power On, algún electrón y de alguna manera misteriosa -misterio para ellos porque todavía no sabían que todos ellos estaban formados con los mismos materiales que su Programador y eran parte de Él- pudieron contactar con el Programador. Un momento importante desde el Power On fue cuando un electrón representante espiritual de los demás dialogó con el Programador. Electrón : ¿Quienes somos? Programador: Sois una parte de mí con movimiento propio. Electrón : ¿Cuando empezó este movimiento? Programador: En un instante llamado Power On. Electrón : ¿Cuando acabaremos el trabajo por el cual hemos sido creados? Programador: En un instante llamado Power Off. Electrón : ¿Qué pasará con nosotros? Programador: Volveréis al programa Padre y al Programador. Electrón : ¿Y después? Programador: Tras mejoras de hardware y software, volverá un Power On. Electrón : ¿Y así hasta cuándo? Programador: Hasta siempre. Electrón : ¿Nuestro movimiento es libre o está predestinado? Programador: Tenéis libre movimiento pero tenéis un destino. Electrón : Y tú, ¿conoces el futuro? Programador: Yo conozco el pasado, el presente y el futuro. Electrón : Pero si lo conoces todo, ¿dónde estás, en el pasado, presente o futuro? Programador: Yo os he construido. Yo sé todo lo que habéis hecho, lo que hacéis y lo que haréis. Para mí, vuestra existencia es un presente. Yo soy un eterno presente. Yo soy el programador. Electrón : Pero, ¿dónde estás? Programador: Vosotros y todo sois mi manifestación. Electrón : ¿Y por qué te has manifestado? Programador: Todo es un gran programa que tiene que ser probado y mejorado. Electrón : ¿Por qué razón? Programador: Para llegar a ser una versión mejor que me hará evolucionar a mí también. Electrón : ¿Cómo es esto del libre albedrío si ya conoces nuestro futuro? Programador: Vosotros sois una parte de mí pero tenéis libre movimiento. Electrón : ¿Qué movimiento, si todo ya está escrito? Programador: Tenéis libertad de girar -lo que vosotros decís spin- pero dentro de un marco establecido que se llama programa. Electrón : ¿Tanto cómo si hemos cumplido bien como no tan bien, llegaremos A Ti? Programador: Sí, pero no en iguales condiciones. No sería justo. Electrón : Hay veces que es difícil cumplir. Programador: A veces el sistema tiene errores y otras veces hay errores programados para probar la integridad de la aplicación. Y otras rutinas internas que pretenden interferir con vuestro movimiento. Aquí está la evolución. Electrón : ¿Hay un Programador por encima de Ti? Programador: Sí. En este momento los electrones supieron que formaban parte de algo inmensamente grande que incluso haciendo un esfuerzo era costoso de entender. No podían entenderlo. Algunos electrones y rutinas decidieron subirse al carro de la misión 'Versión Beta' para llegar a un nuevo release, a una versión más alta, mientras que otros no entendieron nada porque o no querían o porque no escucharon o porque no los interesaba. Todos estos fueron descartados para formar parte de una nueva versión que se ejecutaría en un futuro Power On. El electrón que escribe se pregunta si debe haber una librería de software obsoleto en la Creación. |